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Columna del Dr. J. J. Villamizar Molina


Opinión - 24 abril, 2013 | 12:00 AM

Celebraciones bolivarianas

J. J. Villamizar Molina
El Libertador estuvo en el Táchira en dos oportunidades: en el año 1813 en los inicios de su Campaña Admirable y en el año 1820 cuando preparaba el Armisticio, la Regularización de la Guerra y la Batalla de Carabobo. En 1813 visitó por primera vez la Villa de San Cristóbal el 16 de abril. Pernoctó en la casa de la heroína tachirense María del Carmen Ramírez de Briceño. La Academia de Historia  presidida por el Pbro. Dr. Gilberto Santander Ramírez y la Sociedad Bolivariana del Táchira que preside el Dr. Adolfo Sánchez Fernández acaban de celebrar este Bicentenario en su sede del casco histórico de la ciudad, en el mismo sitio donde Bolívar estuvo e incursionó personalmente en la oportunidad de ésta, su primera  visita a San Cristóbal. Los dos organismos nombrados designaron al Cronista de la Ciudad de San Cristóbal para pronunciar el discurso de orden. El día 17 de abril Bolívar se dirigió a Táriba. La Sociedad Bolivariana de la Perla del Torbes presidida por el Ing. Tirso Alexis Sánchez Velasco, el Cronista de la Ciudad de esa localidad Lic. Tirso Sánchez Noguera junto con la Academia de Historia del Táchira en la que se destacan el Lic. José Ernesto Becerra Golindano, Vicepresidente y el Pbro. Edgar Sánchez Sánchez constituyeron una Junta Organizadora de los actos bicentenarios.  El primer número del programa conmemorativo y el más solemne ocurrió en la Basílica de Nuestra Señora de la Consolación. Allí se reunieron todas las entidades oficiales, académicas y bolivarianas presididas por el Excmo. Sr. Obispo Mons. Mario Moronta. Se recordaba la visita del Libertador a Táriba y a la Virgen de la Consolación. Efectivamente, el Libertador al visitar Táriba tuvo como preocupación primordial entrar al Templo y postrarse ante la señora celestial haciendo demostración de sus profundos sentimientos religiosos. Para todos los tachirenses este acto de Bolívar tiene gran trascendencia pues simboliza la unificación excelsa de Nuestra Señora de la Consolación, Patrona de los Andes Venezolanos, con las altas y patrióticas causas de la independencia y la libertad de Venezuela. Por ello, todos los que nos congregamos el miércoles 17 en la Basílica, sentíamos fervorosa y elocuentemente esta compenetración celestial, bolivariana y patriótica. Pareciera que estuviéramos con el Libertador Simón Bolívar postrados ante la piadosa y serenísima Señora de la Consolación. El acto pautado para las 10 am. se inició con la solemne entrada a la Basílica del señor Obispo. Seguidamente fueron leídos tres elocuentes acuerdos por parte de la Academia de la Historia, de la Sociedad Bolivariana y del Concejo Municipal de la Perla del Torbes. Se referían estos documentos al júbilo experimentado al celebrarse el bicentenario y especialmente a un hermoso gesto que enaltece a Táriba. Para el día de la visita de Bolívar según investigación del Dr. Samir Sánchez, colgaban tres preciosas lámparas votivas de plata ante el camarín de la Virgen. La Consolación donó al Libertador estas tres lámparas para sufragar el costo de su Campaña Admirable. Después de leídos los acuerdos los presentes pasaron a la entrada de la Basílica para develar una placa conmemorativa cuyo texto fue escrito por el Cronista de la Ciudad de Táriba y a continuación tuvo lugar la solemne Eucaristía Pontifical. De Táriba pasó Simón Bolívar a Lobatera y continuó por los Horcones, Arcabucos, El Zumbador, Yerba Buena, el Cobre y Angostura para llegar a La Grita. Tenía que regresar a Cúcuta a esperar el permiso de la Unión de Estados Neogranadinos para invadir a Venezuela. El retorno tomó la vía de La Grita, Angostura, El Cobre, Yerba Buena, El Zumbador, El Palmar, Mesa de Aura, La Raya, El Llano de Cordero, Llanitos, San Cristóbal, Capacho, san Antonio y Cúcuta. Táriba prepara igual una hermosa Cabalgata Bolivariana de la ciudad a Llanitos, finca de don Manuel Briceño Altuve, quien agasajó al Libertador.